
🌳 Los ecosistemas son un constante tira y afloja. Plantas que alzan sus hojas y hunden sus raíces en busca de luz y nutrientes. Animales que se alimentan, mientras se convierten en el sustento de otros. Parásitos que rascan comida de sus huéspedes. Legiones de descomponedores que desmenuzan los restos. Dentro de esta dinámica, forjada con enemistadas y alianzas, algunas especies resultan ser claves para el ecosistema. Sin ellas, las reglas cambian, los menos afortunados caen por el borde del tablero y el ecosistema se encamina hacia otro escenario 🌏
🔍 Según una nueva investigación, llevada a cabo por ecólogos y genetistas de la Universidad de Zúrich y la Universidad de California en Davis, estos cambios podrían emanar de la mutación de un solo gen. Esta es la conclusión a la que han llegado tras realizar un experimento de laboratorio donde recrearon un ecosistema formado por una especie de avispa parásita (depredador), dos de pulgones (herbívoros) y la planta Arabidopsis thaliana 🌱
🧬 Los investigadores estaban interesados en conocer los efectos de tres genes vegetales que controlan las defensas químicas antiherbívoros. Así han descubierto que el gen AOP2 actúa como un gen clave, cuya mutación tiene consecuencias en el resto del ecosistema. Matt Barbour, primer autor del estudio, nos lo explica: «Esta mutación natural en AOP2 no solo afectó la química de la planta, sino que también hizo que la planta creciera más rápido, lo que a su vez ayudó a que los herbívoros y los depredadores coexistieran, evitando así que el ecosistema colapsara» 😮

💬 Este descubrimiento ayuda a comprender mejor la dinámica de los ecosistemas y, tal y como señala Barbour, apunta a un factor importante a la hora de trabajar en la conservación: «Nuestros hallazgos muestran que la pérdida actual de diversidad genética puede tener efectos en cascada que conducen a cambios abruptos y catastróficos en la persistencia y el funcionamiento de los ecosistemas terrestres»🌎
Podéis leer más sobre esta investigación aquí 👉 A Single Gene Controls Species Diversity in an Ecosystem (Comunicado de prensa Universidad de Zúrich)
🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏
🐜 Si no quieres perderte ninguna historia de Myrmarachne, puedes seguirme en la red social que más te guste 👇
📜 O suscribirte a la Newsletter de Wallace para recibir todas las novedades en tu email.
☕️ Y si quieres apoyar el trabajo que realizo, puedes invitarme a un café ☕️ o hacerte mecenas de Myrmarachne en Patreon. Así tendré más energía para rastrear otras historias y escribir sobre ellas.
🐜🐜🐜🐜🐜