El caleidoscópico camuflaje de las ranas voladoras

Rana voladora de Wallace (Rhacophorus nigropalmatus) 📷 Zleng

🐸 ¿Qué atuendo usarías para ocultarte en la selva? Seguramente estés pensando en un vestuario teñido con diferentes tonos de verde, estrategia que ha sido replicada por múltiples criaturas. Las ranas voladoras de Wallace (Rhacophorus nigropalmatus), cuya piel luce de color esmeralda, son un ejemplo de ello. Pero entre estos fabulosos anfibios, concretamente en los jóvenes, hallamos un camuflaje aún más elaborado 🤔

🌳 La rana voladora de Wallace, propia del sudeste asiático, es famosa por su capacidad para desplazarse de árbol en árbol gracias a sus palmeadas patas de gran tamaño. Esta adaptación le permite recorrer distancias de hasta 16 metros. Pero no nos distraigamos con su sorprendente habilidad planeadora…

👀 Pongamos nuestros ojos sobre los juveniles de la especie. Estos ejemplares exhiben un llamativo tono cobrizo brillante, salpicado con manchas blancas que aparecen un mes después de la metamorfosis. Este cambio de color no es estético, sino que está relacionado con una sorprendente estrategia de camuflaje: hacerse pasar por excrementos de aves o murciélagos 💩

Ejemplar juvenil de rana voladora de Wallace (Rhacophorus nigropalmatus) 📷 Susanne Stückler et al.

🦗 La mayoría de estrategias de camuflaje consisten en diluirse con el paisaje, volviéndose así crípticos para evitar llamar la atención de los depredadores. Pensemos, por ejemplo, en los insectos hoja. Otra opción es adoptar la apariencia de algo llamativo, como un excremento, pero nada apetitoso. De esta forma, aunque la presa sea detectada, el cerebro del depredador lo clasifica erróneamente como desagradable o incluso dañino. Este tipo de camuflaje se conoce como mascarada 😯

Rana de la especie Theloderma asperum 📷 Rushen
Araña cangrejo de la especie Phrynarachne ceylonica 📷 LiCheng Shih

🐸 Regresemos a las pequeñas ranitas. Un reciente estudio, llevado a cabo en el Zoológico de Schönbrunn (Viena), ha analizado si su aspecto es realmente una estrategia de camuflaje. Para ello, los investigadores crearon modelos de ranas con parafina en diferentes colores y los colocaron en un espacio del zoo que alberga diversas aves depredadoras con una aguda visión en color. Los resultados revelaron que las ranas rojas fueron atacadas significativamente con mayor frecuencia que las verdes, pero este riesgo disminuyó notablemente cuando las ranas rojas presentaban manchas blancas. Esto respalda la hipótesis de la mascarada 💩

🤔 ¿Por qué esta especie despliega dos estrategias distintas a lo largo de su vida? Los investigadores creen que el cambio de vestuario responde a los diferentes hábitats ocupados en cada momento. Los ejemplares jóvenes viven en el sotobosque, donde los excrementos de aves probablemente sean más comunes, mientras que los adultos habitan en el dosel del bosque. Es decir, las ranas voladoras de Wallace presentan un camuflaje caleidoscópico, donde los atuendos emergen debido a pinceladas evolutivas distintas, para así garantizar la supervivencia en el vasto lienzo de la selva 🌳

Podéis leer más sobre esta historia aquí 👉 From masquerading to blending in: ontogenetic shifts in antipredator camouflage in Wallace’s flying frogs (Behavioral Ecology and Sociobiology)


🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏 

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