¿Cómo ser una higuera?

Un cálao gris malabar (Ocyceros griseus) comiendo higos.
Un cálao gris malabar (Ocyceros griseus) comiendo higos 📷 Mithan B M

🌳 Alrededor del mundo existen unas 880 especies del género Ficus, entre las cuales hallamos plantas arbustivas, trepadoras, epífitas, estranguladoras y, por supuesto, árboles. Este abanico de formas sitúa a las higueras entre las plantas más diversas del mundo 🌏

🤔 ¿Cómo ser una higuera? Si quieres formar parte del club de las higueras, lo primero que deberás conocer es quiénes se convertirán en tus polinizadores y dispersores, para así tener en cuenta cuáles son los recursos requeridos por ambos aliados. Es decir, tendrás que invertir en networking para atraer especies mutualistas 🪪

🌳Tu mejor carta de presentación será el sicono, la inflorescencia carnosa con múltiples ovarios en su interior propia de las higueras. Dos veces al año, una típica planta tropical del género Ficus puede producir una cosecha de entre 500 y 1.000.000 de siconos, con un diámetro que va de 1 a 5 cm, en cuyo interior contiene entre 100 y 1.000 semillas. Sin embargo, muchas de estas semillas no llegarán a germinar, sino que servirán para pagar los servicios de unas diminutas avispas 🤨

Avispas de la especie Pleistodontes froggatti en el interior de un sicono de Ficus macrophylla.
Avispas de la especie Pleistodontes froggatti en el interior de un sicono de Ficus macrophylla 📷 James M Cook

🐝 Los Ficus presentan un mutualismo obligado con diversas avispillas. Cuando el sicono está listo, una o varias de estas avispas hembras entran en su interior a través de una abertura, portando polen. El objetivo es poner huevos en muchos de los ovarios, a la vez que llevan a cabo la polinización. Las larvas se desarrollan y alimentan dentro de las semillas, por lo que la planta acaba entregando el 50 % o más de su descendencia en dicho pago. Cuando emergen las avispas macho, se aparean con las hembras mientras aún están dentro de sus recintos y posteriormente abren un túnel hacia el exterior del higo. Finalmente, las hembras abandonan el refugio, empaquetan algo de polen y parten en pos de un sicono receptivo. Según una datación molecular, la evolución lleva perfilando este extraordinario ejemplo de interacción entre planta y polinizador desde hace, al menos, 60 millones de años 😯

🌱 Las semillas que sobrevivan a las avispas, deberán afrontar el viaje a través de las entrañas de un diverso grupo de animales. ¿Quién come higos? La respuesta rápida es todo el mundo. Una gran variedad de animales incluyen higos en su menú y, de paso, actúan como dispersores para los Ficus. Por ejemplo, un solo árbol de Ficus sumatrana, propio de Malasia occidental, es visitado por más de 30 especies de vertebrados, tanto frugívoros como herbívoros y omnívoros 🦜

🐒 Algunas estimaciones contabilizan a nivel mundial alrededor de 1274 especies de aves, 523 géneros de mamíferos, un puñado de reptiles e incluso peces que degustan higos. Dentro de los mamíferos podemos distinguir entre murciélagos, animales propiamente arborícolas (como los primates) o aquellos que corretean bajo el sotobosque y se alimentan de los frutos caídos. Obviamente, la lista se hace mucho más larga si incluimos artrópodos, moluscos y demás criaturas típicamente clasificadas como invertebrados 🐜

🌳 Los higos son un recurso clave en zonas tropicales, donde aportan sustento durante los periodos de escasez, ya que suelen estar disponibles en cualquier época del año. Los animales acuden a ellos porque tienen un alto valor nutritivo. Gran parte de su peso es pulpa rica en azúcares y, además, presentan niveles especialmente altos de calcio 😋

🌳 En resumen, si quieres ser una higuera, deberás convertirte en un especialista a la hora de producir una gran producción de siconos sin escatimar en semillas, ofrecer un buen cobijo para unas minúsculas avispas y atraer a la fauna más golosa del vecindario 🌳 🐝 🐒

How to be a Fig (Annual Review of Ecology and Systematics)

Fig-eating by vertebrate frugivores: a global review (Biological Reviews)

60 million years of co-divergence in the fig–wasp symbiosis (Proceedings of the Royal Society B)


🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏 

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