¿Puedes imaginar la vida bajo el manto azul del océano? Quizás visualizas un banco de peces, muy juntos, en una larga migración 🐟🐟🐟 Tal vez les sigan algunos tiburones 🦈 o un grupo de cetáceos que hacen resonar el ambiente con sus cantos 🐋 O a lo mejor tu mente se ha trasladado al fondo, donde los animales juegan al escondite entre la arena y rocas. Pero en cada milímetro cúbico de toda esa agua también hay vida. Muchísima. Y en este microcosmo las reinas son las bacterias SAR11 🦠🦠🦠🦠
🔬 Con una longitud que va de 0,3 a 0,9 µm y un diámetro no superior a 0,2 µm, las bacterias SAR11 no parecen gran cosa. Aunque su verdadero peso, de forma literal, radica en el tamaño de sus poblaciones. Si juntásemos a estos microorganismos para ponerlos en una balanza frente a todos los peces de los océanos del mundo, ellas saldrían ganando 😮 Y es que estamos tratando con el organismo considerado como el más abundante de los océanos, probablemente también de toda la Tierra 🌎 Toma un mililitro de agua marina 💧 de casi cualquier parte, pon en fila las SAR11 y llegarás a contar unas 500.000.
Tal es su abundancia que la comunidad científica sospecha que tienen un papel fundamental en el funcionamiento de los ecosistemas 🤔 Al alimentarse de materia orgánica disuelta, ayudan a mantener en marcha el ciclo del carbono. Gran parte del metano de la superficie de los océanos se debe a sus desechos. También son las responsables de liberar grandes cantidades de dimetilsulfuro, molécula que según algunas hipótesis podría estar relacionada con la formación de nubes 🤨
Como el resto de organismos, las SAR11 son infectadas por virus. Concretamente, se ha descubierto que un bacteriófago pasa la mayor parte del tiempo integrado en su ADN 🧬 Cuando se activan, se replican hasta romper las bacterias. Una relación que los ha situado en el top de los virus más abundantes del mundo 😮
Referencias:
Tiny ocean organism has big role in climate regulation
SAR11, oceans’ most abundant organism, has ability to create methane
The most common organism in the oceans harbors a virus in its DNA
🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏
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Muy interesante. El caso es muy similar al de el fago «lambda» de la bacteria Escherichia coli. Su material genético (que es ADN) entra y sale del de la bacteria como Pedro por su casa y entrar o salir depende el estado nutricional o el estrés que sufra su huésped.
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