🌏 La colonización europea de Nueva Zelanda trajo un destino sombrío para los kakapos (Strigops habroptilus). Estos loros nocturnos y no voladores vieron cómo su población se desplomaba debido a la llegada de depredadores como los hurones y armiños. En 1995, cuando estas aves vivieron su punto más crítico, solo quedaban 51 ejemplares. Afortunadamente, los esfuerzos de conservación han permitido una lenta recuperación, y hoy en día la población ronda los 250 individuos 🙌
🪶 A pesar de su desafortunada travesía, los kakapos actuales aún llevan consigo las marcas de un pasado mucho más antiguo. Si observamos detenidamente su plumaje, algunos exhiben un tono verde brillante, mientras que otros lucen un verde oliva. Esta variación no es casual, sino un asombroso reflejo de su historia evolutiva 🤨
🦅 Según una investigación reciente, los kakapos desarrollaron en el pasado dos variedades de color para evitar ser detectados por sus depredadores. Incapaces de volar, dependían de un camuflaje eficaz para esconderse entre la vegetación, escapando así de dos temibles aves nativas de Nueva Zelanda: el águila de Haast (Hieraaetus moorei) y el aguilucho de Eyles (Circus teauteensis). Antes de la llegada de los maoríes en 1280 d.C., quienes también introdujeron las ratas de la Polinesia, estas rapaces eran los únicos depredadores de los kakapos. Sin embargo, ambas especies de aves se extinguieron hace unos 600 años 😯
🟢 La intensa presión selectiva ejercida por estos depredadores fue tan grande que su impacto ha perdurado a lo largo de generaciones. Este fascinante capítulo de la historia evolutiva de los kakapos fue revelado mediante la secuenciación del genoma de 168 ejemplares. Los datos genéticos muestran que la coloración verde oliva surgió hace aproximadamente 1,93 millones de años 🧬
🌎 No son los únicos depredadores que, como fantasmas del juego evolutivo, siguen influyendo en las especies que fueron sus presas. El antílope americano o berrendo (Antilocapra americana) ostenta el título de ser uno de los animales más veloces de América del Norte, alcanzando los 100 km/h. Entre los vertebrados terrestres, solo el guepardo (Acinonyx jubatus), con sus 120 km/h en distancias cortas, lo supera. Esta increíble velocidad es útil para evadir a los depredadores, aunque actualmente ninguno de los carnívoros norteamericanos puede igualar al berrendo 🤔
🐆 Entonces, ¿qué sentido tiene la increíble velocidad del berrendo? Una hipótesis sugiere que fue una adaptación para escapar de un antiguo depredador veloz con el que compartía ecosistema hace 13.000 años: el guepardo americano (Miracinonyx trumani). A pesar de su parecido morfológico con el guepardo, este felino estaba más emparentado con los pumas. Se trata de un ejemplo de convergencia evolutiva entre dos felinos velocistas. Las sombras de aquellas carreras por la vida aún impulsan al berrendo en su huida 🦌
Myrmarachne 
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