¿Qué nos enseñan los lemmings sobre el equilibrio de la naturaleza?

Un lemming noruego (Lemmus lemmus) bajo la nieve.
Un lemming noruego (Lemmus lemmus) bajo la nieve 📷 Kgleditsch

📖 Tratemos de imaginar la escena. Corre el año 1932. Un joven científico entra en una librería en Tromsø, una ciudad en una isla noruega. Viene de regreso tras una expedición fructífera pero agotadora a Svalbard. Explora los estantes, ojea algunos libros y vaga por el lugar hasta que, finalmente, uno capta su atención: Norges Pattedyr. Está escrito en noruego y su autor es el zoólogo Robert Collett. A pesar de tener solo tres chelines en el bolsillo, los gasta en el libro. Al llegar a su hogar en Oxford, busca un diccionario noruego y empieza a traducir la obra. Así fue como Charles Elton descubrió la intrigante historia de los lemmings 🤨

🐁 En Norges Pattedyr, Collett describía cómo, en ciertos otoños, los lemmings noruegos (Lemmus lemmus) migran en grandes grupos, descendiendo de las montañas y llegando incluso hasta el mar, donde muchos se ahogan en un intento infructuoso por cruzarlo a nado. La mayoría mueren durante el viaje por diversos motivos, pero ninguno regresa a las montañas. ¿Qué provocaba estos enigmáticos eventos? 🤔

🌎 Esta pregunta quedó rondando en la mente de Elton. Mientras tanto, gracias a la experiencia obtenida en las expediciones árticas, consiguió un trabajo como consultor para la Compañía de la Bahía de Hudson. Su misión era entender cómo fluctuaban las poblaciones de animales cazados para suministrar el comercio de pieles. Así, tuvo acceso a registros de capturas que databan de 1736 y allí, una vez más, se encontró con los lemmings. Descubrió que en Canadá, las poblaciones de depredadores como los zorros árticos (Vulpes lagopus), armiños (Mustela erminea), búhos y halcones, aumentaban coincidiendo con las migraciones de lemmings. Este patrón intrigó a Elton: al conocer la cantidad de depredadores, podía vislumbrar la abundancia de sus presas 🦊

🐁 Hoy en día, la razón detrás de estas migraciones suicidas de los lemmings sigue siendo un tema de debate científico. Una de las hipótesis con más aceptación sugiere que la capa de nieve invernal, crucial para su supervivencia, proporciona un refugio subniveano que ofrece aislamiento térmico, acceso a plantas y protección contra depredadores. Cuando las condiciones invernales son favorables, los lemmings prosperan y su población aumenta. Pero si estas condiciones cambian, muchos deben migrar en busca de un nuevo hogar, un viaje que para la mayoría resulta fatal 😯

🐇 Los lemmings fueron el primer indicio que llevó a Elton a un descubrimiento aún más significativo. Buceando nuevamente en los datos de la Compañía de la Bahía de Hudson, Elton observó un patrón similar entre las liebres americanas (Lepus americanus) y los linces canadienses (Lynx canadensis). Las poblaciones de liebres fluctuaban periódicamente, seguidas de cerca por las de linces. Un aumento en la población de liebres resultaba en más linces; más linces llevaban a una disminución de liebres; menos liebres, a su vez, reducían la cantidad de linces, y así sucesivamente. Elton dedujo que las especies se influencian mutuamente en función de su abundancia, y esta idea comenzó a formar una nueva manera de comprender la naturaleza 🤔

Las liebres americanas (Lepus americanus) son uno de los principales herbívoros de los bosques boreales.
Las liebres americanas (Lepus americanus) son uno de los principales herbívoros de los bosques boreales 📷 D. Gordon E. Robertson

🐇 Hoy sabemos que la historia de las liebres es más compleja. Son los principales herbívoros de los bosques boreales y, en invierno, la presa preferida de muchos carnívoros, no sólo linces. Según un estudio, publicado en Journal of Animal Ecology, las liebres están  incluidas en el menú de búhos americanos (Bubo virginianus), coyotes (Canis latrans), zorros rojos (V. vulpes), martas (Martes americana), glotones (Gulo gulo) y lobos (C. lupus). Incluso en verano, las ardillas devoran crías de liebres. Durante el invierno, las liebres subsisten con las ramitas de abedules, sauces y abetos que sobresalen de la nieve. Antes se creía que, cuando las liebres eran numerosas, el exceso de ramoneo causaba una hambruna, disminuyendo así su población. Sin embargo, ahora sabemos que la causa es el estrés crónico provocado por la presión de los depredadores, especialmente sobre las hembras, derivando en el colapso reproductivo de la población 😱

🌍 Volvamos a Elton y su percepción del baile entre plantas, herbívoros y carnívoros. Durante mucho tiempo, la zoología asumió que las poblaciones de animales se mantenían constantes, siguiendo un equilibrio natural. Este era un pensamiento heredado de tiempos pasados, cuando los naturalistas aludían a fuerzas divinas cuya intervención debía garantizar el orden en la naturaleza. En el siglo XIX, tras el desarrollo de la teoría de la evolución por parte de Charles Darwin y sus contemporáneos, este papel recayó en las manos de la selección natural, sugiriendo que el equilibrio emergía de la supervivencia de las especies mejor adaptadas. Pero esta visión era igualmente errónea. Un aspecto que ya señalaron en aquel entonces personajes como Alfred Russel Wallace:

«Algunas especies excluyen a todas las demás en determinadas zonas. ¿Dónde está el equilibrio? Cuando la langosta devasta vastas regiones y causa la muerte de animales y personas, ¿qué sentido tiene decir que se mantiene el equilibrio?… Para la aprehensión humana, no hay equilibrio sino una lucha en la que a menudo uno extermina a otro.»

🦗 La irrupción de plagas, el baile entre las poblaciones de depredadores y presas o el registro fósil que nos habla sobre formas de vida ya extintas, son algunos ejemplos que nos invitan a desechar la idea de una biosfera constante o en equilibrio. Elton lo resumió así en uno de sus escritos:

«El «equilibrio de la naturaleza» no existe, y tal vez nunca haya existido. El número de animales salvajes varía constantemente en mayor o menor medida, y las variaciones suelen ser irregulares en cuanto al período y siempre irregulares en cuanto a la amplitud. Cada variación en el número de una especie repercute directa e indirectamente en el número de las demás, y como muchas de estas últimas varían a su vez de forma independiente, la confusión resultante es notable.»

Las poblaciones de linces canadienses (Lynx canadensis) crecen y decrecen siguiendo de cerca la dinámica poblacional de las liebres americanas.
Las poblaciones de linces canadienses (Lynx canadensis) crecen y decrecen siguiendo de cerca la dinámica poblacional de las liebres americanas 📷 Keith Williams

🦖 Decía el paleoantropólogo Richard Leakey que «la vida, vista a través de una ventana paleontológica, es como una imagen de caleidoscopio, para la que el cambio no solo es natural sino inevitable». Si nos asomamos a través de la ventana de la ecología, también seremos testigos de una vida pulsante, donde los ecosistemas se desarrollan siguiendo múltiples caminos, en constante dinamismo. Observaremos cómo las fronteras se desdibujan debido a las conexiones invisibles entre mundos aparentemente separados, mientras son golpeados por las perturbaciones, como si el botón de reinicio fuera repetidamente pulsado. Este paisaje contrasta completamente con la idea de un equilibrio natural, por muy frágil o obstinadamente resistente que se considere 🌳

🌏 En lugar de un «equilibrio natural», en la década de 1980, el ecólogo Steward Pickett propuso el concepto de “flujo de la naturaleza”. La biosfera debe entenderse como un sistema en perpetuo cambio, donde la estabilidad es solo una apariencia superficial. Como subraya Pickett, lo esencial para comprender la persistencia de un ecosistema es analizar su resiliencia o «resistencia subyacente de los sistemas ecológicos», la cual determina «el grado en que pueden ajustarse a nuevas oportunidades o adaptarse a situaciones cambiantes». Pero esa resiliencia no significa que el ecosistema se mantenga porque es estable, sino que continúa en el flujo porque el cambio le permite ajustarse. Esta perspectiva es crucial para guiar a la civilización humana hacia un camino sostenible y basado en la ciencia. Los eventos del Antropoceno han empujado a la naturaleza hacia un vórtice de destrucción. El reto para nuestra especie será detener esta deriva. No se trata de reconstruir el equilibrio de la naturaleza, sino de reconducir el flujo de la biosfera🌳🐃🐆


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