
🌎 Tras milenios sometidos a condiciones oscuras y subterráneas, los tetras mexicanos (Astyanax mexicanus) han adquirido un aspecto fantasmal. Estos peces carecen de ojos, además de lucir un cuerpo pálido y casi transparente. Los protagonistas de esta historia son una caja de sorpresas y, además, nos ofrecen un descarado ejemplo de evolución 🤔
🐟 Para empezar, la especie se divide en dos tipos de morfologías radicalmente distintas. Los ejemplares que viven en ríos tienen un aspecto “muy de pez”, mientras que los habitantes de las cuevas presentan la forma anteriormente descrita. Insisto en que ambos pertenecen a la misma especie. Incluso pueden reproducirse y tener descendencia fértil. Un increíble caso de evolución en progreso, el cual se estima comenzó hace apenas 20.000 años 😮
😴 En cuanto a las sorpresas, resulta que los peces trogloditas pueden dormir tan solo 1,5 horas al día. Según una investigación publicada en 2018, este sorprendente comportamiento se debería a las excesivas cantidades de orexinas producidas por sus cerebros. Dichas moléculas regulan la vigilia y el apetito 🐟
🔍 Ahora, investigadores de la Universidad de Cincinnati acaban de revelar otro de sus secretos cavernícolas. En el ambiente poco amable donde se desarrollan, estos peces también se enfrentan a una considerable falta de oxígeno debido a que el agua permanece estancada. ¿Cómo resuelven el problema de la lenta renovación del ansiado gas? El escollo es solucionado gracias a unos glóbulos rojos más grandes. Esto les permite contener una mayor cantidad de hemoglobina, la molécula encargada de captar el oxígeno 😮
Podéis leer más sobre esta noticia aquí 👉 How do blind cavefish survive their low-oxygen environment? (EurekAlert)
Y aquí 👉 Fish forego sleep thanks to a molecule in the brain (EurekAlert)
🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏
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