Las ardillas japonesas pueden comer setas venenosas

Una ardilla japonesa (Sciurus lis) comiendo una seta de Amanita muscaria.
Una ardilla japonesa (Sciurus lis) comiendo una seta de Amanita muscaria 📷 Koichi Gomi

🐿 En Nagano (Japón) han observado cómo un ejemplar de ardilla japonesa (Sciurus lis) se alimentaba de setas venenosas. Durante varios días, el roedor fue fotografiado mientras hincaba el diente a setas de matamoscas (Amanita muscaria) y amanita pantera (A. pantherina) 😮

🍄 Al igual que muchas otras sustancias mortales o indigestas, las toxinas de los hongos evolucionaron para evitar acabar en el menú de los animales. En la naturaleza siempre hay excepciones y el registro de esta ardilla zampando setas venenosas es un buen ejemplo de esta realidad. Es un claro indicio de que estos animales cuentan con una adaptación la cual bloquea de alguna forma el efecto de las toxinas 🤨 

🤔 Sin embargo, puede que estemos siendo testigos de algo más. Tal vez el trasfondo de esta escena esconda un pacto secreto. Imaginemos que, tras el almuerzo de la ardilla, las esporas de Amanita surcan los intestinos del mamífero. Después de una visita al baño, ¿siguen siendo viables las esporas? Al igual que hacen las aves con las semillas, ¿está actuando la ardilla como un dispersor de las esporas de los hongos? 🐿🐿🐿

🔍 Esta es la pregunta que Kenji Suetsugu, investigador de la Universidad de Kobe y descubridor de este comportamiento junto al fotógrafo Koichi Gomi, se ha propuesto responder. Estaremos atentos para contar qué sorpresas nos deparan las futuras investigaciones 🍄🍄🍄

El reporte sobre este descubrimiento se ha publicado aquí 👉 Squirrel consuming “poisonous” mushrooms, Frontiers in Ecology and the Environment.


🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏 

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