
🌳 Imagina que pudiéramos desplazarnos por el árbol evolutivo, generación tras generación. Así veríamos pasar a nuestros antepasados, mientras sus rasgos morfológicos cambian desde un aspecto humanoide hasta un animal pequeño, de morro afilado y bigotes largos 🐁 Si nos diésemos la vuelta, podríamos quizás subir hasta el nivel de los leones o los elefantes 🐘
🦎 Sigamos ahondando pasando por criaturas de parecido reptiloide, anfibio, ictioforme y gusanoide… 🐟 Si aceleramos llegaremos a unas pequeñas células. Desde aquí, podemos enfilar el camino hasta una secuoya, un hongo o las bacterias de tus intestinos. Dejo a tu elección el camino 🦠
🌍 Este experimento mental nos sirve para visualizar que todas las criaturas del mundo estamos conectadas por la evolución. Sin embargo, no es tan fácil identificar cada peldaño del árbol. Por ejemplo, la ciencia aún no se había puesto de acuerdo sobre si nuestro pariente animal más lejano eran las esponjas o unas criaturas de aspecto gelatinoso conocidas como ctenóforos 🤔
🌏 Las esponjas, seres simples sin sistema nervioso, músculos o intestinos, fueron las primeras candidatas. Sin embargo, al comparar los genomas el título les fue arrebatado por los ctenóforos, que son más complejos e incluso cazan. La aceptación de esta hipótesis suponía que, entre otras posibilidades, en algún momento de la evolución ciertos animales habían apostado por hacerse más simples 🤨
🧬 Ahora, un equipo de científicos del Trinity College de Dublín, acaba de publicar en Nature Communications un estudio donde han analizado las secuencias de aminoácidos que componen las proteínas de los animales. Sus conclusiones son claras: las esponjas son las tatara[…]tatarabuelas de todos los animales 🐢🐌🦆🦗🦐🐬🦏
Puedes leer más sobre esta noticia aquí 👉 Scientists pinpoint our most distant animal relatives
🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏
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