🌳🌴🌳 Cuando eres una pequeña e indefensa criatura, la inmensidad de la selva debe resultar sobrecogedora. En cualquier momento, de entre el denso follaje puede surgir un depredador. O quizás esté emboscado bajo un tronco o la hojarasca. Es un mortal pilla pilla constante. Así que, mejor contar con un sitio desde donde puedas gritar ¡casa!, mientras le sacas la lengua al contrariado carnívoro 🐍
🐸 En cierta manera, esto es lo que ha conseguido la rana de cristal de la especie Sachatamia orejuela. Su casa se encuentra entre las rocas situadas en las cascadas de algunas selvas tropicales de Ecuador y Colombia. Gracias a la fuerza del agua y a las superficies resbaladizas, estas zonas son ideales para esconderse de los depredadores. Además, la piel de estos anfibios es verde grisácea y semitransparente, lo que les confiere un eficaz camuflaje 😮
🗯 Sin embargo, esta estrategia tiene un inconveniente. Vivir en una cascada supone estar sometido al constante ruido del agua, así que mantener una conversación con los vecinos es realmente difícil. Esto es incluso más problemático para las ranas, famosas por croar serenatas de amor durante el cortejo ❤️
🤔 ¿Cómo ha logrado nuestra protagonista superar el rugido del agua? Al parecer, la llamada de Sachatamia orejuela es muy aguda, cualidad que le permite hacerse oír sobre el ruido. Pero además, la investigadora Rebecca Brunner, de la Universidad de California, ha descubierto que los machos de esta especie recurren a un pequeño baile para comunicarse desde lejos: levantan sus patas delanteras y traseras en una suerte de coreografía 🕺 Dicha adaptación también ha sido observada en otras especies no relacionadas y que viven cerca de arroyos en las selvas tropicales de la India, Borneo o Brasil. Todas ellas representan un curioso caso de evolución convergente o, si lo preferís, un ejemplo de cómo la vida rima cuando se enfrenta a los mismos problemas 🌎🌍🌏
Os dejo por aquí un vídeo grabado por Rebecca Brunner sobre el comportamiento de Sachatamia orejuela:
Puedes leer más sobre esta noticia aquí 👉 Una especie de rana de cristal “baila” para atraer la atención de las hembras en un hábitat ruidoso (DICYT)
🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏
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