
Seguro que alguna vez has leído eso de que las medusas son todo agua 💧 Ciertamente, dependiendo de la especie, estos gelatinosos animales pueden estar compuestos por hasta un 98 % de agua. No parecen un bocado muy nutritivo. Apenas tienen carbohidratos, ni grasas, ni proteínas. Por no hablar de sus tentáculos venenosos. Sin embargo, las medusas forman parte de la dieta de peces 🐟 crustáceos, tortugas marinas e incluso de otras medusas. ¿Por qué se toman la molestia de hincarles el diente? 🤔
🌊 El interés en comer medusas podría estar en ciertos nutrientes. La medusa luna (Aurelia aurita) contiene ácidos grasos que sus depredadores no pueden sintetizar, los cuales necesitan para el correcto funcionamiento de sus membranas celulares y otros procesos fisiológicos. Dichas moléculas están presenten en otras presas, pero las medusas se encuentran en grandes cantidades y son muy lentas. Es decir, es mucho más rentable nadar dentro de un banco de gelatinas que perseguir camarones 🦐
🌎 Existe un animal que ha convertido a las medusas en su plato favorito: la tortuga laúd (Dermochelys coriacea). Estos reptiles, que pueden pesar 640 kg, llegan a realizar migraciones de miles kilómetros desde las playas donde anidan hasta los sitios donde medran las medusas. En algunas ocasiones dichos viajes suponen unos 18.000 km de ida y vuelta 😮 Toda una hazaña teniendo en cuenta el poco valor nutritivo de estas presas y el tamaño del reptil.
🏝 ¿Cómo se puede mantener un gigante como la tortuga laúd a base de medusas? Alimentándose, en su mayoría, con otro gigante 🤨 La medusa melena de león (Cyanea capillata) es la mayor de su grupo, con ejemplares que llegan a medir dos metros de diámetro. Eso sí, las tortugas deben comer muchas de ellas, incluso hasta más del 100 % de su peso corporal al día, para que esta dieta les sea rentable 🍴
Referencias
Jellyfish contain no calories, so why do they still attract predators?
🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏
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