
🌎 En las selvas de Panamá, los polluelos del colibrí nuquiblanco (Florisuga mellivora) enfrentan un mundo lleno de depredadores. Pero estas diminutas aves tienen un truco sorprendente que les ayuda a sobrevivir en su etapa más vulnerable: imitan el aspecto y comportamiento de orugas venenosas para engañar a sus enemigos 😯
🪺 Este descubrimiento se produjo cuando un equipo de biólogos de la Universidad de Colorado Boulder observó un nido cerca de un sendero en el Parque Nacional Soberanía. El polluelo, cubierto de pelusilla marrón similar al material del nido, sacudía la cabeza y se retorcía al detectar amenazas, un comportamiento nunca visto en colibríes. Al compararlo con orugas locales, notaron un parecido sospechoso. Muchas de estas larvas tienen pelos urticantes y realizan movimientos similares para ahuyentar depredadores 🐛
🥸 Los investigadores también lograron observar cómo una avispa se acercaba al nido y, tras la exhibición del polluelo, huía sin atacar. Esto sugiere que el ave emplea mimetismo batesiano, una estrategia donde especies inofensivas imitan señales de otras peligrosas para protegerse. Este hallazgo, publicado en Ecology, plantea nuevas preguntas fascinantes: ¿es común esta estrategia en otras aves tropicales? ¿Cómo evolucionó este engaño? 🤔
🐣 De momento, estos polluelos nos recuerdan que, a veces, la mejor defensa es un disfraz perfecto 🐛

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