Los niñeros de las orquídeas

Flores del cuco fucsia (Dactylorhiza fuchsii).
Flores del cuco fucsia (Dactylorhiza fuchsii) 📷 Joachim Lutz

🌼 Las orquídeas producen una cantidad asombrosa de semillas por cada floración. En cada cápsula de semillas, pueden contarse entre 1.000 y 10.000 semillas, con un tamaño comparable a partículas de polvo. Esta diminuta talla les otorga cierta flotabilidad, permitiendo así una amplia dispersión por el viento 🌬️

🍄 Sin embargo, debido a este minúsculo tamaño, las semillas carecen de reservas energéticas para llevar a cabo la germinación. En su lugar, las orquídeas terrestres dependen de hongos habitantes del suelo, que les proporcionan los nutrientes esenciales para crecer. Este pacto mutualista también es crucial durante el desarrollo del protocormo, una suerte de tubérculo subterráneo, el cual es incapaz de realizar la magia fotosintética ya que no tiene clorofila. Tras esta fase, emergerá una planta con hojas verdes y autosuficientes 🌱

🍃 Cuando alcanzan la madurez, las orquídeas continúan su relación con los hongos al proporcionarles moléculas producidas mediante la fotosíntesis, mientras que las micorrizas suministran minerales a las plantas. Pero esta alianza podría ser incluso más estrecha 🤨

🔍 Suele ser habitual que la mayoría de las semillas y protocormos se desarrollen cerca de plantas adultas de su misma especie. Igualmente, la abundancia de hongos mutualistas es mayor en áreas con un gran número de orquídeas adultas. ¿Tiene algún sentido este patrón de congregación, más allá de las limitaciones impuestas por la dispersión de las semillas? 🤔

🍄 En 2006, una investigación sugirió que las sustancias proporcionadas por las orquídeas a los hongos, también eran transferidas por sus aliados hacia las semillas y protocormos situados a su alrededor. Es decir, si esto fuera cierto, estas plantas serían capaces de invertir en sus descendientes, creando un efecto guardería donde los hongos actúan como niñeros 😯

👶 ¿Es posible que las orquídeas ayuden de esta forma a sus retoños? Según una investigación reciente, la flor del cuco fucsia (Dactylorhiza fuchsii) envía nutrientes a los protocormos que crecen cerca de ellas, usando las redes de micorrizas de la especie Ceratobasidium cornigerum. Para demostrarlo, realizaron un experimento de laboratorio donde mantuvieron plantas adultas en un entorno con dióxido de carbono radiomarcado, una estratagema que permite rastrear moléculas creadas por la fotosíntesis. Por otro lado, impidieron el ingreso directo de dicho carbono en los lugares donde se hallaban hongos y protocormos. Después de 48 horas de crecimiento, constataron la presencia del carbono en todo el sistema, comprobando así la transferencia de los nutrientes 🌼🍄🌱


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