
🐘 El elefante se distingue por su versátil trompa, la jirafa por su largo cuello, el cactus por sus múltiples pinchos y, en el mar, la almeja confía en su dura concha para sobrevivir. Muchos organismos son reconocibles gracias a un rasgo destacable. En el caso de Vanadis, son sus ojos grandes y rojos, desproporcionados para una criatura de apenas diez centímetros de longitud 🤨
🪱 Los poliquetos, miembros del grupo de los anélidos, habitan principalmente en el medio marino. Nuestro casi transparente protagonista, reside en el mar Mediterráneo y su peculiar mirada ha desconcertado a la comunidad científica. Atentos al dato: los ojos de Vanadis pesan unas veinte veces más que el resto de su cabeza. En proporción, si nuestros ojos fueran tan grandes, necesitaríamos ayuda para cargar con 100 kg extras 😯
🔍 Diversas investigaciones ópticas, morfológicas y electrofisiológicas han hallado que Vanadis cuenta con una alta densidad de fotorreceptores. Dicha adaptación les permite detectar múltiples espectros de luz, en especial las longitudes de onda del ultravioleta y del verde. Según un reciente estudio, donde han participado investigadores de la la Universidad de Copenhague y la Universidad de Lund, estos anélidos pueden distinguir objetos pequeños y seguir sus movimientos con una alta agudeza en un gran campo de visión 👁️
👀 La evolución de la visión de objetos en movimiento en alta resolución ha tenido lugar en vertebrados, artrópodos (arañas o insectos como las libélulas) y cefalópodos (pulpos). Ahora los anélidos, representados por Vanadis, podrían hacerse un hueco en este club. Según destaca Anders Garm, uno de los autores del estudio: «Su vista no tiene nada que envidiar a la de ratones o ratas, a pesar de ser un organismo relativamente simple con un cerebro minúsculo» 🐀

🤔 ¿Por qué la evolución de Vanadis ha desembocado en unos ojos tan grandes? Estos poliquetos son nocturnos. Durante el día, permanecen escondidos en el fondo marino, pero, cuando anochece, ascienden hacia la superficie donde nadan activamente en la columna de agua. En este escenario, una aguda visión les permitiría detectar presas, amenazas o congéneres, cuya silueta es recortada por la escasa luz que llega desde arriba 🌊
👀 La detección de la luz ultravioleta, cuya intensidad en el fondo marino durante el día sería suficiente, también les permitiría ver en esos momentos. De hecho, se sabe que otros poliquetos similares se alimentan de salpas y ctenóforos, cuyos tejidos absorben la luz ultravioleta. Tal vez estos gusanos vean a sus presas como una forma oscura que destaca en un fondo ultravioleta 🪼
💬 En este estudio, los investigadores también han propuesto una nueva hipótesis. Sospechan que Vanadis y otros gusanos marinos usan señales bioluminiscentes dentro del espectro del ultravioleta. Es decir, podrían comunicarse mediante un lenguaje secreto. Así lo explica Garm: «Si utiliza luz azul o verde como bioluminiscencia, también corre el riesgo de atraer a los depredadores. Pero si, en cambio, el gusano utiliza luz ultravioleta, permanecerá invisible para los animales que no sean de su misma especie. Por tanto, nuestra hipótesis es que han desarrollado una aguda visión UV para tener un lenguaje secreto relacionado con el apareamiento». Si sus sospechas se confirman, estaríamos hablando del primer caso registrado de bioluminiscencia ultravioleta en el reino animal 🪱🪱🪱

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