
🪰 ¿Puede una trampa mortal convertirse en un vivero para tus retoños? Las plantas pertenecientes al género Arisaema son conocidas por ser las únicas que logran la polinización a expensas de la vida de sus polinizadores. Estas plantas atraen a las moscas del mantillo, un tipo de dípteros que se alimentan y ponen huevos en hongos, utilizando su aroma característico. Cuando una flor masculina engaña con éxito a estos insectos, los deja irse después de cubrirlo con polen. Sin embargo, no existe escapatoria de las flores femeninas. Una vez entran, la aromática promesa se convierte en un trampa, donde morirán tratando de salir mientras dejan caer el polen.
🪰 Investigadores de la Universidad de Kobe han descubierto un nuevo giro de la trama en esta truculenta relación. La especie Arisaema thunbergii también atrapa a su polinizador principal, el mosquito del hongo Leia ishitanii. Aunque en este caso, las flores funcionan como una incubadora para los huevos del mosquito. En efecto, cuando quedan atrapados en la flor, aprovechan para poner allí sus huevos. Posteriormente, las larvas se alimentarán de la flor en descomposición, logrando finalmente emerger como ejemplares adultos. Según los investigadores, este caso podría representar una etapa intermedia entre una estrategia basada en el engaño y un mutualismo donde el destino de plantas e insectos quedan atados. Los caminos de la evolución son extraños.
👉 Pollinator’s death trap turns into nursery (EurekAlert)

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