
🌍 Nathan Cobb, entomólogo estadounidense, se refirió a sus amados nematodos en 1914 de la siguiente forma: “Si borráramos toda la materia del universo con excepción de los nematodos, nuestro mundo seguiría siendo vagamente reconocible y si, convertidos en espíritus incorpóreos, pudiéramos investigarlo, hallaríamos sus montañas, colinas, valles, ríos, lagos y océanos representados por una capa de nematodos. Sería posible descifrar la ubicación de las ciudades, ya que por cada aglomeración de seres humanos habría una aglomeración equivalente de nematodos. Los árboles seguirían en pie, formando hileras fantasmales que representarían nuestras calles y carreteras. La ubicación de cada planta y animal seguiría siendo descifrable y, si tuviéramos los conocimientos suficientes, en muchos casos hasta podríamos determinar de qué especie fueron al examinar los parásitos nematodos que tuvieron.” 🤔
Ante tal abundancia, no debería sorprendernos que otros organismos coman nematodos 😋 Incluso unas criaturas inmóviles como los hongos. Sí, hongos carnívoros, armados con variadas artimañas para atrapar nematodos: redes, pegamentos, trampas y venenos 😮 Concretamente, hoy hablaremos de la seta ostra (Pleurotus ostreatus). De las hifas de este hongo brotan unas pequeñas gotas de veneno, a la espera del paso de un nematodo. Cuando uno de estos pequeños gusanos entra en contacto con ellas, las mortales moléculas se adentran a través de sus cilios sensoriales. El veneno provoca la parálisis del animal, el cual muere y queda a merced del hongo 🍄🍄🍄
🌳🌳🌳 ¿Por qué necesitan los hongos cazar nematodos? Las especies de Pleurotus crecen sobre los troncos de los árboles. Pero en este entorno de madera no suelen abundar las proteínas. Por ello, cuando el hongo siente que le faltan nutrientes, teje sus hifas mortales y así atrapa los abundantes nematodos. Desentrañar esta increíble adaptación podría servir para desarrollar nuevos nematicidas, para luchar contra las especies que parasitan cultivos, ganado e incluso humanos 🔬
Puedes leer más sobre esta noticia aquí 👉 How a Carnivorous Mushroom Poisons Its Prey
🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏
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