
Los frutos de Pollia condensata son el objeto más brillante que podemos encontrar en biología 😮 Esta especie vive en los bosques de África, desde Costa de Marfil hasta Etiopía y al sur de Angola y Mozambique. Desde el sotobosque, la planta ofrece sus frutos de color azul metálico en racimos que brillan para atraer a las aves 🐦 Pero su oferta tiene truco: sus frutos son poco nutritivos 😒
Sin embargo, el brillo del fruto es suficiente para que las aves piquen el anzuelo y acaben dispersando sus semillas. Gracias a su apariencia, esta planta puede aparentar que sus frutos son frescos y nutritivos, evitando el coste de producir pulpa 🍎 Esta estrategia podría ser un tipo de mimetismo, ya que los frutos secos de Pollia condensata se parecen a las bayas de otra planta, Psychotria peduncularis, que sí son nutritivas. El color incluso se mantiene cuando la planta ya está muerta. En 1974 se recolectó un ejemplar en Ghana, que se conserva en el Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido), cuya fruto seco mantiene el azul brillante 😮 Por otro lado, la planta también se podría estar valiendo de las aves que usan objetos brillantes para decorar sus nidos. El fruto de Pollia condensata sería como una joya 💎 para atraer a sus parejas, dando igual que no tenga ningún aporte nutritivo.
¿Cómo consigue Pollia condensata hacer brillar sus frutos? 🤔 Sorprendentemente, la planta no se vale de ningún pigmento. El secreto está en cómo se estructuran las capas de células. En primer lugar, se vale de una cutícula suave y transparente que refleja la luz de la misma forma que lo hace un espejo. Luego, encontramos una capa de células que reflejan la luz en un rango de longitud de onda concreto. Esto lo consigue gracias a la disposición de microfibrillas de celulosa apiladas en espiral. Este mecanismos es tan efectivo, que los científicos están interesados en su imitación para el desarrollo de tecnología con la que crear color.
Más información:
Pointillist structural color in Pollia fruit
Controlled, Bio‐inspired Self‐Assembly of Cellulose‐Based Chiral Reflectors
🌳🐅🌳 Formando un cuarteado dosel de árboles. O una maraña de tallos, hojas y ramas. Creando una tela a través de la cual se escurre, para bailar con las sombras, la luz del Sol. Y entre ese baile, se esconde, repta, corre, salta, vuela, crece, compite, devora, es devorada y se descompone. La verás por todas partes, en el día y en la noche. Incluso más allá de la delgada capa de hojarasca y del húmedo barro que puedas excavar con tus manos. Incluso bajo la superficie de ríos imparables o tocando las nubes. Y más allá. Rodeada por el inmenso azul de océanos y mares. Medrando en lo más profundo, en los lugares donde el Sol cede su reino a otras fuerzas. También allí donde solo parece que hay arena y rocas azotadas por el calor. O donde el hielo y el frío reclaman su blanco dominio. O en tu interior, frenético, ordenado y apetitoso para amigos y enemigos. La vida, desafiante y cabezota, se pega a las todas superficies, rugosidades y escondrijos de la Tierra. Sobrevive y evoluciona, en una larga cadena temporal de criaturas que enmudece las décadas, siglos y milenios que puedas contar. Y ahí estás, Homo sapiens, pidiendo respuestas sobre los misterios de la vida. La ciencia tiene las respuestas que exige tu curiosidad. Y aquí, en Myrmarachne, te las relato 🌎 🌍 🌏
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