
🍚 Científicos coreanos han desarrollado un arroz con carne cultivada a partir de células de vaca. Investigadores de la Universidad de Yonsei, en Corea del Sur, han presentado una nueva técnica para cultivar carne dentro de granos de arroz, creando así un alimento híbrido. El método, que utiliza células madre de vaca, aprovecha las propiedades porosas del arroz como andamiaje para el crecimiento celular.
🔬 En primer lugar, cubrieron los granos de arroz con gelatina de pescado, un ingrediente para que las células se adhieran mejor al arroz. Posteriormente, sembraron células madre de músculo y grasa de vaca en el arroz y las cultivaron en cajas de Petri durante 9 y 11 días. El producto final, aseguran, es un arroz con carne de res «cuyos ingredientes principales cumplen con los requisitos de seguridad alimentaria y tienen un bajo riesgo de provocar alergias alimentarias».

🍚 Según sus desarrolladores, este arroz ofrecería una alternativa proteica más asequible económicamente y con una huella de carbono considerablemente menor en comparación con la carne tradicional. Estiman que, por cada 100 g de proteína producida, el arroz híbrido libera menos de 6,27 kg de dióxido de carbono, mientras que la carne de vacuno emite unos 49,89 kg.
👉 By growing animal cells in rice grains, scientists dish up hybrid food (EurekAlert)
🤔 La carne cultivada, o in vitro, es un tema que está creciendo con fuerza, al cual se le atribuye la cualidad para construir un futuro más sostenible. Sin embargo, al margen del clickbait y remedios milagrosos, haríamos bien en mirar con lupa cada solución que se ponga sobre la mesa. No por miedo a cualquier objeto o idea que tenga un aire antinatural, sino por un sano principio de precaución, evitando así saltar de un fango a otro. A este respecto, recomiendo la lectura de este artículo en The Conversation, donde el biólogo Eric Muraille, de la Universidad Libre de Bruselas, apunta cosas como estas:
«Como indicaba un estudio de 2011, la carne cultivada puede ofrecer muchas ventajas sobre la convencional: reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 78% y un 96% y requeriría entre un 7 y un 45% menos de energía y entre un 82 y un 96% menos de agua. Sin embargo, investigaciones más recientes sugieren que, a largo plazo, el impacto ambiental de la carne cultivada en laboratorio podría ser mayor que el del ganado. A diferencia de las investigaciones anteriores, estos estudios no sólo tienen en cuenta la naturaleza de los gases emitidos, sino también los costes energéticos de las infraestructuras necesarias para el cultivo celular.»

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