
Pareja de cotorra de Kramer
Cuando caminas por Sevilla, no es raro cruzarte con un grupo de cotorras. Sus cantos se han vuelto ya algo común, como el de los gorriones o los mirlos. ¿Quién iba a pensar que algo tan exótico nos iba a parecer normal? Pero lo cierto es que esta realidad puede que tenga los días contados.
Los más observadores se habrán percatado que en realidad hay dos tipos de cotorras. Ciertamente son dos especies: la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) y la de Kramer (Psittacula krameri). Y ambas están consideradas como especies invasoras en España. Cuando se habla sobre este problema, uno de los culpables que se suelen señalar son las sueltas de mascotas. Es decir, es muy atractivo tener unas aves de plumas verdes en casa, pero resultaron ser unas mascotas muy ruidosas. Así que sus propietarios se decantaron por concederles la libertad. Aunque en el caso de las cotorras se repite esta historia, no siempre es así. En Israel la introducción de estas aves se produjo por criterios “estéticos”, al considerar que el país se beneficiaría de la presencia de hermosas especies tropicales.