
Detalle de la piel de la sepia común (Sepia officinalis). Crédito: P Gonzalez-Bellido.
¿Cómo pueden las sepias y los pulpos cambiar la textura de su piel? Un nuevo estudio ha indagado en los mecanismos neuronales y musculares de esta táctica de defensa. Han descubierto que es llevado a cabo por una musculatura especializada cuyo mecanismo es similar al del tejido muscular que cierran las conchas de las almejas.
El escarabajo de fuego australiano (Merimna atrata) presenta sensores para detectar el calor. Se pensaba que los usaba para detectar incendios forestales donde ir a poner sus huevos en la madera quemada. Esta hipótesis ha sido refutada: los usa para no quemarse al aterrizar.
Se han identificado virus que pueden producir moléculas similares a hormonas, en concreto péptidos virales similares a insulinas. Estas moléculas pueden actuar sobre células humanas y de roedores. El descubrimiento ofrece nuevas posibilidades para revelar los mecanismos biológicos que pueden causar diabetes o cáncer.
Las flores de Aspidistra elatior se abren a ras de suelo y pueden quedar fácilmente cubiertas de hojarasca. Hasta ahora se desconocía cuáles eran sus polinizadores. Un grupo de investigadores ha identificado a machos de moscas de los hongos como portadores del polen. Parece que la planta les engaña para que piensen que la flor es un hongo, el cual es el alimento de estos insectos.
El murciélago vampiro común (Desmodus rotundus) es uno de los quirópteros que se alimentan de sangre. Este tipo de alimentación supone un desafío porque la dieta es baja en vitaminas, lípidos y glucosa y tiene un alto contenido de sal. Además, estos animales se exponen a infecciones víricas. La evolución de su genoma y microbioma le ha permitido sortear estos obstáculos. Incluso cuenta con bacterias capaces de producir moléculas antivirales.