
Pólipo comiéndose un trozo de plástico (mancha blanca). Crédito de la foto: Alex Seymour, Universidad de Duke.
Muchos animales marinos comen plástico flotante al confundirlo con sus presas. Sin embargo, esta hipótesis podría ser errónea para algunos grupos. Un estudio sugiere que la ingesta de plástico por parte de los corales es debida a que el plástico les sabe bien. Los aditivos químicos que tienen estos materiales podrían ser un estimulante para que se los comieran.
En el guano de los murciélagos se encuentran ciertos isótopos de nitrógeno que pueden dar pistas sobre el clima pasado. El estudio del guano de de una cueva de Rumanía ha proporcionado a los científicos pruebas sobre el clima de los últimos 1.200 años.
Entre los murciélagos también existen dialectos. Un estudio ha demostrado que los murciélagos jóvenes adoptan el dialecto usado en sus colonias. Incluso aunque su madre use un lenguaje distinto.
La contaminación acústica marina es un impacto al que se le presta poca atención. Sin embargo, tiene efectos importantes sobre animales como las ostras. Estos moluscos son capaces de detectar sonidos de baja frecuencia y responden cerrando sus conchas.
El liquen de la especie Lobarina scrobiculata adopta distintas estrategias según la humedad que hay en el ambiente. Si hay agua disponible, el hongo establece la simbiosis con una cianobacteria y activará la la fotosíntesis. Pero cuando el agua escasea, el hongo centra sus recursos en reproducirse.